lunes, 19 de diciembre de 2011

Extraño camarada de vida parte I

Aburrido, angustiado, hastiado, enojado y para peor cansado. Es todo lo que siento cuando me encuentro nuevamente subiendo las escaleras del departamento luego de un agotador día de semestre comprimido. La carga académica, las conjeturas y situaciones interpersonales de relación de vida en sociedad, la injusticia a la que se ve sometida mi pobre patrocinada. Pero hay que seguir, de todas maneras hay que esperar los buenos momentos, que de eso se vive. Sin embargo durante estos días hay algo que me anima bastante, o mejor dicho me causa una interesante curiosidad. Tengo el fuerte presentimiento de que algo va a suceder, mi mente tiene la sensación de estar esperando algo inesperado, y de hecho espero ocurra algo. Últimamente los sueños han sido más lúcidos, he escuchado la misma voz que me ha dicho ya en tres ocasiones "mi buen amigo" y las veces que he despertado de madrugada he visto una figura de sombras que se escabulle por el rabillo de mi ojo en el pasillo al ir a la cocina .
Luego de pensar todo esto durante el camino de vuelta al hogar y subiendo las escaleras (que es cuando más pienso en cosas extrañas) llego a mi hogar para ponerme inmediatamente a estudiar luego de comer algo, simplemente debo estudiar, tengo la necesidad de sentir que hago algo útil y cumplo con mi deber, con el mero fin de no tener carga de conciencia, especialmente cuando se trata de un ramo que no me agrada en donde solo prima el deber al momento de tomar los apuntes. 
Llega el agradable momento de dormir cuando se esta extremdamente cansado y caigo en un letargo inmediato, mentalizado en que al día siguiente voy a necesitar de la mayor cantidad de energía posible para repetir el mismo ciclo, pero a la vez pienso en ese presentimiento que anda rondando en mi mente. Pero ya van más de 2 semanas que pienso que al despertar algo extraño debería pasar, talvez tenga el mismo sueño o siga viendo la misma imagen en el extremo de mi visión al momento de despertar en la madrugada para tomar un vaso de leche.
Tengo un sueño, voy corriendo por un pasillo tras una mujer que brilla con una luz de gran fuerza, tengo el deseo de alcanzarla, al terminar el pasillo y llegar a un gran salón la tengo al alcance de mi mano y voy a abrazarla cuando en ese momento todo su brillo se vuelve opaco hasta dejarla traslucida, y justo antes de tomar su extraña mano una estatua de piedra se deja caer entre el pasillo y el salón, y me veo imposibilitado de tomarla, y luego su traslucido cuerpo desaparece. Trato de golpear a la estatua, pero me veo incapaz de destruirla, tengo pleno conocimiento de que mis fuerzas no son las suficientes para imponerme y lograr hacerme paso, con la vaga esperanza de talvez encontrar más allá de ese salón a la mujer de la cual tenía le imperiosa necesidad de alcanzar. En ese instante siento a una presencia detrás mío, me doy vuelta y escucho "mi buen amigo, debemos ayudarnos" pero esa frase fue tan lúcida, vívida y real, que desperté, solo para encontrarme sentado en mi silla de mi escritorio a una sombra que poco a poco iba adquiriendo figura humana....

sábado, 17 de diciembre de 2011

Extraño despertar parte I

Voy abriendo mis ojos lentamente mientras dejo que el cansancio se vaya de mi cuerpo, pero me doy cuenta que algo extraño sucede y que ese despertar no es como el que ha sido todos los días. No veo mi escritorio ni mi computador, ni mi estante, ni libros, ni mi celular que instintivamente es siempre lo primero que tomo al levantarme. 
Lo primero con lo que me encuentro al abrir los ojos es una linda mirada llena de emoción, su expresión era radiante y con un ánimo inmenso, como si no me hubiese visto hace mucho tiempo. Todavía cansado y tratando de asimilar la situación, esa mirada se acerca compulsivamente y se arroja sobre mi para abrazarme y gritar con ternura ¡por fin has despertado! Ninguna palabra sale de mi boca y consternado ante tal abrazo solo lo respondo buscando seguridad ante la incertidubre que me rodea. 
Mientras me sigue abrazando observo la habitación en la que me encuentro, una mesa y sillas en el centro con abundante comida de algo que parece ser pan, grandes y viejas estanterias a los costados con tomos que denotan gran antiguedad, una pequeña ventana circular que permite la entrada de la luz que ilumina la estancia. Trato de aismilar un poco las cosas, pero el abrazo termina y me quedo de frente viendo esa mirada, y me impacta ver el rostro que me observa. 
Es una mujer como de mi edad, pero no puede ser, yo la conozco, de hecho tengo perfecto conocimiento de quien es. ¿Que hago yo aquí? Y ella ¿Qué hace aquí? No entiendo lo que sucede, se supone la noche anterior estaba estudiando Derecho Civil y despierto ante esta situación. Trato de hablar, de decir algo, pero la consternación no me lo permite, su mirada sigue  expresando un fuerte sentimiento de haberme extrañado por mucho tiempo, como si hace años no nos vieramos. Al momento que iba a intentar decir algo se me abalanza nuevamente para darme un sonoro beso, ahora si que realmente no entiendo nada...