sábado, 17 de diciembre de 2011

Extraño despertar parte I

Voy abriendo mis ojos lentamente mientras dejo que el cansancio se vaya de mi cuerpo, pero me doy cuenta que algo extraño sucede y que ese despertar no es como el que ha sido todos los días. No veo mi escritorio ni mi computador, ni mi estante, ni libros, ni mi celular que instintivamente es siempre lo primero que tomo al levantarme. 
Lo primero con lo que me encuentro al abrir los ojos es una linda mirada llena de emoción, su expresión era radiante y con un ánimo inmenso, como si no me hubiese visto hace mucho tiempo. Todavía cansado y tratando de asimilar la situación, esa mirada se acerca compulsivamente y se arroja sobre mi para abrazarme y gritar con ternura ¡por fin has despertado! Ninguna palabra sale de mi boca y consternado ante tal abrazo solo lo respondo buscando seguridad ante la incertidubre que me rodea. 
Mientras me sigue abrazando observo la habitación en la que me encuentro, una mesa y sillas en el centro con abundante comida de algo que parece ser pan, grandes y viejas estanterias a los costados con tomos que denotan gran antiguedad, una pequeña ventana circular que permite la entrada de la luz que ilumina la estancia. Trato de aismilar un poco las cosas, pero el abrazo termina y me quedo de frente viendo esa mirada, y me impacta ver el rostro que me observa. 
Es una mujer como de mi edad, pero no puede ser, yo la conozco, de hecho tengo perfecto conocimiento de quien es. ¿Que hago yo aquí? Y ella ¿Qué hace aquí? No entiendo lo que sucede, se supone la noche anterior estaba estudiando Derecho Civil y despierto ante esta situación. Trato de hablar, de decir algo, pero la consternación no me lo permite, su mirada sigue  expresando un fuerte sentimiento de haberme extrañado por mucho tiempo, como si hace años no nos vieramos. Al momento que iba a intentar decir algo se me abalanza nuevamente para darme un sonoro beso, ahora si que realmente no entiendo nada...

No hay comentarios:

Publicar un comentario